dos
EL BIEN = fin de las acciones humanas
EL BIEN = fin de las acciones humanas
Después de trabajar durante mucho tiempo en "aigua2005" y por una rotura se esfumó ....
Pasado el tiempo y repuesta de la herida ... construiré para los estudiantes este otro blog.
SUERTE para todos - CORA ![]()
TRABAJEMOS JUNTOS.
Este espacio pretende ser de ayuda para ti. Úsalo
Este trabajo tiene como finalidad brindar orientaciones básicas a los jóvenes que estudian.
No pretende ser la receta mágica, es el resultado de observaciones adquiridas durante mi actividad docente
Ejercicio:
PLATÓN: (Atenas, 427-347 AC)
El pensamiento griego tiene un valor decisivo por la importancia de las soluciones que dio a los problemas fundamentales que se planteaban en la época.
¿De qué se ocupaban los filósofos griegos? Su preocupación fundamental fue el tema cosmológico; cómo está compuesto el mundo; por qué es como es y cual es su principio.
Con SOCRATES y PLATON el objeto fundamental de la filosofía es el hombre.
SOCRATES: (470-399 AC) su actividad filosófica transcurre sobre todo en diálogo con sus amigos en la calle o en la plaza; sus enseñanzas consisten en una conversación con una serie de preguntas dirigidas. Con ellas se hace caer en la cuenta al interlocutor de las deficiencias de sus conclusiones anteriores. Es la ironía socrática. A partir del conocimiento de la ignorancia del interlocutor Sócrates inicia la mayéutica; su objetivo es la definición de conceptos tratando de superar de este modo el relativismo de los sofistas.
PLATON era un hombre de su tiempo e intenta unificar en un solo sistema coherente las distintas ideas que pululaban en el ambiente griego.
De familia noble, recibió una de las mejores educaciones de la época. Fue discípulo de Sócrates y conoció las teorías de los pitagóricos y de Heráclito. Realizó tres viajes a Siracusa para imponer su modelo de Estado, la República, sin conseguirlo. Fundó la Academia, primer centro de investigación, donde se impartían: filosofía, matemática, astronomía, zoología y botánica. sus obras están escritas en forma de diálogos, cartas y apologías. Se han clasificado en cuatro períodos:
1- período socrático: recoge las ideas de Sócrates (Critón, Protágoras...)
2- período de transición: incorpora alguna de sus ideas (Gorgias,Cratilo, Menón, ...)
3- período de madurez: expone su propia teoría (Fedón, El Banquete, Fedro, La República,...)
4- período de vejez: reflexiona autocríticamente sobre sus temas (El Sofista, Timeo, Filebo, Las Leyes...)
TEORIA DEL CONOCIMIENTO
Siguiendo a Sócrates, acepta que el verdadero conocimiento es el universal y necesario, no el particular y contingente que nos muestran los sentidos. Platón se pregunta cómo obtiene la mente las ideas universales, si los conocimientos que nos proporcionan los sentidos sobre la realidad son particulares. La única respuesta posible es postular la existencia de otro mundo, diferente al mundo sensible, el mundo intelegible, constituido por las ideas, realidades universales, idénticas a sí mismas, eternas, inmutables, esencias puras. Hay una jerarquía de ideas y la idea máxima es el Bien. Quien las conoce es el alma que habita es este mundo, junto con las divinidades, antes de unirse a un cuerpo del mundo sensible. La unión se debe a un castigo de los dioses, que obliga al alma a abandonar el mundo intelegible y a quedar unida a un cuerpo que actúa como su prisión, y de la que se tendrá que liberar. (explica la caída del alma en el mito del carro alado, del diálogo Fedro)
El sentido de la vida del ser humano es conseguir la purificación del alma para volver al mundo de los inmortales y evitar la trasmigración a otros cuerpos de seres vivos. La condición necesaria es guiarse por la razón, que nos conduce al conocimiento de las ideas y del bien, dejando de lado los sentidos. Describe el conocimiento como un proceso de reminiscencia por la cual el alma, que al unirse a un cuerpo había olvidado momentáneamente las ideas, a medida que los sentidos le muestran los objetos de la realidad, recuerda las ideas anteriormente contempladas, con lo cual pasa a conocer el objeto. Las cosas no son más que copias o imitaciones de las ideas. De ahí, al verlas, se despierte en el alma el recuerdo de la ideas correspondiente a cada objeto.
Distingue dos grados de conocimiento: doxa y episteme, propios, respectivamente, del mundo sensible e inteligible. La doxa (opinión) es el conocimiento sensible, particular; tiene dos modalidades: eikasia (las imágenes de los objetos) y pistas (visión directa de los objetos).- La episteme (ciencia) es el conocimiento racional también con dos modalidades: dianoia (saber demostrativo) y noesis (intuición pura de esencias, conocimiento inmediato de las ideas). La relación de participación entre los dos mundos nos muestra que el mundo sensible es una copia del inteligible y la explica por medio del mito de la caverna en el diálogo La República.-
CONCEPCIÓN DEL HOMBRE
Defiende un dualismo: el hombre está constituido por cuerpo (material y corruptible) y alma (inmaterial, inmortal y simple). El alma existe antes que el cuerpo en el mundo de los inmortales; pero debido aun castigo se une a él, manteniendo una unión accidental. El cuerpo humano es una realidad siempre extraña al alma, naturalmente indócil y obstaculizante para ésta (cárcel, caverna); El alma se encarga de dirigir la conducta, como hace el jinete con el caballo; consta de tres principios de acción: razón (parte directiva), ánimo (voluntad y pasiones) y apetito (instintos y bajas pasiones)
La estructura de la sociedad coincide con la estructura del hombre. Hay tres clases sociales, que constituyen el modelo de Estado propuesto, -La República-: gobernantes, guerreros y comerciantes que se corresponden con las tres partes del alma y están regidas también por las tres virtudes que regulan la conducta. (prudencia, fortaleza y templanza)
La educación es el medio que permite a los ciudadanos acceder de una clase a otra, prepara al futuro gobernante, -que será el más sabio- quien ha alcanzado el grado máximo de educación, que es la dialéctica o filosofía, capaz de gobernar garantizando la justicia porque es quien conoce el Bien. Ésta es la única garantía de que el Estado procure el bien común. La prudencia es la virtud propia de la parte racional del alma y de los gobernantes encargados de dirigir el Estado.
SUGERENCIA: ver MATRIX I
Aristóteles considera que del SER se pueden predicar cuatro causas: material, formal, final y eficiente.-
La esencia es verdaderamente el Ser en tanto que ser, es decir, lo que no hace referencia a un principio superior, lo que es verdaderamente principio radical. Para comprender el alcance del problema, Aristóteles ejerció una inmensa influencia sobre la dirección del pensamiento filosófico.
Aristóteles emplea aquí, por la naturaleza misma del tema, que se basa en principios indemostrables, un método de analogía, la intuición de inducción, que no tiene rigor demostrativo, pues las nociones metafísicas que se refieren al ser - colocado por encima de los géneros del ser-, no son susceptibles de definiciones, si no que sus sentidos pueden ser sólo sugeridos por analogía.
Esta argumentación puede formularse así: si la esencia (forma o quididad) es un principio primero, es un acto; y el acto es siempre anterior a la potencia.
¿Qué es el acto? El acto a la potencia como el hombre despierto al dormido, el que ve al que tiene los ojos cerrados, la estatua con relación al bronce, lo acabado con relación a lo inacabado. Los segundos términos de cada una de estas parejas son, "en potencia", cada uno de los primeros; el que tiene los ojos cerrados es vidente en potencia, el bronce es estatua en potencia; lo que quiere decir que los ojos verán y que el bronce se convertirá en estatua si se realizan ciertas condiciones. El vidente y la estatua son, hablando con propiedad, seres en acto cuyos actos son respectivamente la visión y la forma de la estatua. La visión es acto en el sentido de que permanece igual y uniformemente visión durante todo el tiempo que dura. La vida, la felicidad la intuición intelectual son, por la misma razón actos, mientras que la marcha que progresa y se halla a cada instante en un estado diferente, no es un acto sino una acción o un movimiento, El acto es como la obra o la función del ser en acto: por ejemplo:
la visión es la función del ojo; y el acto es todavía entelequia, es decir, estado final y acabado que señala los limites de la realización posible. Queda claro que la noción de potencia no tiene sentido en si misma y que es totalmente relativa al ser en acto. El ser en potencia es conocido como tal no por lo que es sino, por lo que puede ser. A la inversa, el acto es el centro de referencia con respecto al cual están situados y ordenados los seres en potencia.
Ahora bien, la esencia o forma es un acto, el acto por excelencia; porque la quididad es lo que pertenece a un ser dado desde su nacimiento hasta su desaparición, íntegramente, sin aumentos ni disminuciones, sin ser susceptible de más o de menos. No se es más o menos hombre. Para expresar esta permanencia inalterable, Aristóteles emplea, para la esencia, lo que hace a un ser continuar siendo lo que era. No hay devenir para esta esencia o forma, la forma de la esfera de bronce, que es la forma esférica. no nace cuando se fabrica la esfera de bronce; lo que nace es la unión de la forma esférica y del bronce. Resulta así que el nacimiento o el devenir consisten en la unión de una forma con un ser capaz de recibirla. Este ser en potencia, convertido en ser en acto después de haber recibido la forma, es propiamente lo que Aristóteles llama materia. La materia es el conjunto de condiciones que deben ser realizadas para que la forma pueda aparecer; el arca en potencia, o, lo que viene a ser igual; la materia del arca, es la madera. Se ve que la tesis de Aristóteles conduce a proclamar la inexistencia del ser indefinido. Todo ser actual: este árbol, este hombre, tiene, mientras existe una esencia única que hace de él un ser en acto ; no existir es, como el legendario Centauro, no ser nada.
Pero el acto - y éste es el más importante de todos los teoremas aristotélicos- es anterior a la potencia en los tres sentidos de la palabra: lógicamente, temporalmente y sustancialmente. Lógicamente, ya que según hemos visto, la noción del ser en potencia implica la noción en acto del ser con relación al cual se la indica en potencia; temporalmente ya que el ser en acto no proviene del ser en potencia sino bajo el efecto de otro ser ya en acto. Y sustancialmente, ya que el hombre en potencia, que implica la semilla humana, tiene toda la esencia de un hombre adulto y en acto.
La naturaleza está definida también, hablando con propiedad, no como forma, sino mediante una cierta relación con la materia. Mirando, por una parte, productos de las artes como una estatua o una cama y, por otro, seres naturales como una piedra o un hombre, se ve que los segundos tienen en sí mismos el principio de ser movimiento y de su reposo, mientras que los primeros tienen este principio en un ser extraño a ellos el escultor o el carpintero En el caso de la naturaleza nos hallamos con una fuerza activa inmanente (la semilla produce una obra de arte); en el caso del arte la fuerza activa que es un pensamiento, abandona la obra una vez hecha, Lo que distingue lo uno de lo otro es, indudablemente, la relación de forma a materia, interior en un caso, exterior en otro.
En la misma noción de relación de forma a materia toman sentido las nociones generalmente extendidas de casualidad y espontaneidad a las que los físicos tendían a desposeer de todo valor: nociones populares e inmediatas que designan, no la ausencia de causas, como dicen los físicos, sino, al contrario, causas que actúan en beneficio o en perjuicio nuestro. El hombre que, yendo a la plaza, tiene la suerte de encontrar un deudor en el que no pensaba y de cobrar así su deuda, cree, con razón, que la casualidad es una causa perfectamente real. Y, en efecto, es real, a condición de que se la considere como, completamente relativa, de la misma manera que la materia no es tal sino en relación con la
forma. La casualidad no puede, pues, definirse sino por referencia a actos realizados con una finalidad previa. Existe casualidad cuando un acto hecho con una finalidad tiene las mismas consecuencias que si hubiese sido hecho con otra finalidad distinta. Así, el acreedor recobró lo que se le debía, como si hubiese ido a la plaza por ello. La casualidad no es, pues una causa primera como la voluntad o la intención. sino, antes bien causa por accidente, en el sentido de que el acto cuyo suceso feliz o desgraciado origina, no ha sido hecho para originarle, sino que, quizá tal efecto habría podido ser un fin voluntario. La casualidad es, por tanto, un hecho raro, mientras que los hechos producidos por causas definidas son los que se producen siempre o, al menos, la mayor parte del tiempo. La espontaneidad es de la misma naturaleza que la casualidad, pero su dominio es más amplio. Es respecto a la finalidad natural lo que la casualidad es respecto a los fines intencionales de la voluntad. Si un trípode, al caer, queda de manera que sirva para sentarse, decimos que ha caído espontáneamente. Es, pues, un error tan burdo negar estas causas, como creerlas causas primeras, anteriores a la inteligencia y a la naturaleza.
Todo movimiento está limitado por un estado inicial y un estado final que lleva el reposo cuando se han desarrollado todas o parte de las posibilidades contenidas en el estado inicial. De aquí, la célebre fórmula " el movimiento es el acto de lo posible en tanto que posible"